Imagina que tu cuerpo es un jardín, y los alimentos que consumes son como las semillas que plantas en él. Si siembras alimentos que no te sientan bien, como la manzana que te inflama, tu jardín no florecerá como esperas. Del mismo modo, si no expresar tus emociones como el estrés o la ansiedad, estás regando esas semillas de inflamación en tu cuerpo.
Nuestras emociones tienen un poderoso impacto en nuestra salud física. El estrés, la ansiedad y otras emociones no resueltas pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo, afectando nuestra salud en general. Por otro lado, es importante conectar contigo mismo aceptando las emociones que en vez de bloquearlas verlas como un mensajero puedes hacer una visualización de la emoción que sientes y escribir que mensaje vienen a mostrarte, también puedes pintar, usar la parte creativa también puede ser una alternativa para conectar con las emociones mejorando nuestro bienestar
Cuando aprendemos a escuchar a nuestro cuerpo y a nuestras emociones, podemos identificar qué alimentos y situaciones nos inflaman y cuáles nos nutren. Es como aprender a leer las señales que nos envía nuestro cuerpo, para poder cuidarlo de la mejor manera posible.
Es importante recordar que cada persona es única y que lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Escuchar a nuestro cuerpo y a nuestras emociones nos ayuda a mantenernos en equilibrio y a cultivar una relación más saludable con la comida y con nosotros mismos.
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